Muchas veces lo que marca la diferencia son los trucos simples que ya están a nuestro alcance, pero no conocemos.

Aquí van algunos que pueden ahorrarte tiempo y energía en la oficina y en tu rutina diaria.

En la oficina: sacarle provecho a lo de siempre

Engrapado abierto para documentos temporales

Las engrapadoras no solo sirven para cerrar papeles. El engrapado abierto —que puedes hacer con la mayoría de modelos, como las engrapadoras Swingline con yunque rotativo— permite que la grapa atraviese el papel sin doblarse. Así puedes retirarla fácilmente sin dañar el documento. Perfecto para papeles que usarás solo un par de días.

Tip extra: marca la esquina con un punto de color para distinguir rápido qué es “temporal”.

Cajas de archivo como bandejas horizontales

Si colocas una caja de archivo de lado, se convierte en un organizador horizontal. Úsala para clasificar documentos en tres grupos: Hoy / Esta semana / Archivo. Revisar y mover lo necesario al final del día toma menos de dos minutos y evita acumulación.

En la computadora: atajos que sí ahorran tiempo

• Reabrir pestañas cerradas: Ctrl + Shift + T (Windows) o Command + Shift + T (Mac). Ideal después de un reinicio o un clic accidental.

• Historial de portapapeles: Windows + V (actívalo en Configuración) o un gestor gratuito en Mac. Permite pegar varios fragmentos sin copiar de nuevo.

• Pegar sin formato: Shift + V (Windows, en la mayoría de apps) u Option + Shift + Cmd + V (Mac). Así evitas tipografías y colores raros que desordenan tus documentos.

Productividad personal: recordatorios y pausas

• Lista de pendientes como fondo de pantalla: exporta tus 5 tareas clave y configúralas como fondo. Evita listas infinitas; lo demás va a una lista secundaria.

• Bloques de tiempo con YouTube: usa un video con temporizador (25 min foco + 5 min pausa). Tras dos rondas, dedica una pausa larga a microtareas como correo o mensajería.

Lo pequeño también transforma

No hace falta un gran sistema para organizarte mejor. A veces, una grapa abierta, un atajo de teclado o un temporizador con música valen más que cualquier app complicada.

La clave está en probar poco a poco, quedarte con lo que realmente te funciona y dejar que los detalles trabajen a tu favor.